Con toda palabra
Cuando uno piensa en las cosas que uno haria o quisiera para ser feliz, siempre se cuela en la lista el nombre de alguna(s) persona(s)...........y viene esa pregunta de la nada, como quién susurra en tu oido con una melodiosa pero segura voz.... "Necesitas de alguién para ser feliz?" y sabes que si lo ves objetivamente, la respuesta será un rotundo no. Y claro, eso depende de la persona. No lo doy por sentado.
Hasta donde somos capaces por egoísmo, miedo, sufrimiento y un sin número de cosas más, volvernos dependiente de algo o alguién que no aporta nada a nuestro bien? Me encantaría tener un varita mágica para abrirle los ojos a muchas personas....pero quién soy yo para cambiar el destino de alguién....
Por ahí me dirijo, sin mirar atrás..... ofreciendole las herramientas a quién me las pida y a los que no, solo espero que aprendan a desear las cosas correctas para que cuando el universo se las provea sean lo suficientemente fuerte para aceptar que cada uno obtiene lo que cosecha.
Just because....
A medio camino
Incógnitas encontradas a medio camino deshacen mi aflicción de un eco lejano. Y lo miro y no lo creo, y lo oigo y no lo entiendo, y lo toco y no es mío, y lo pienso y se desvanece.
Un abanico, dos abanicos
Y copulan las miradas, estancadas en el techo. Mirando todo y no viendo nada. Es el techo, solo el techo, donde habitan arañas tejiendo su enredadera. Y mis sueños son atrapados por esa ennredadera. La ventana a medio cerrar, es un eco inminente del silencio lo que trata de entrar.
Un abanico, dos abanicos y se oye el bullicio de un aire asfixiante. Y los sueños peleando en la enredadera y las arañas arrancando pedazos de mis sueños. Y gritan, gritan mis sueños, aniquilan mis tímpanos y es un grito intenso, un grito mudo.
Las arañas han desaparecido y los pedazos de mis sueños bajan en una línea vertical de hormigas. Y vuelven, vuelven a mi, donde un abanico, dos abanicos acarician mi espalda.
Hoja Seca
Hay palabras que duermen en el interior de un tronco seco,miradas que no puedo asir, besos que no puedo transmitir. Soy una hoja seca a mitad de este camino, transitan ante mi, hormigas devoradoras de sueños que con cada mordedura aniquilan mis sentidos.
Y me vuelvo nauseabunda como un crepúsculo ardiente al final del infierno, y me vuelvo como un fénix antes las cenizas de un dolor oscuro y silencioso
Y me preguntan quien soy….y no tengo respuesta para algo tan complicado.
Me complica la existencia con un ensordecedor fuego cruzado, y mis tímpanos explotan como un volcán debajo del agua. Y miro y no veo nada, porque es la nada la que me complica.
Se ha dormido a mi lado, respira en mi oído, siento su aliento tan pesado como un bloque de hielo. Transpira y me asfixia, me corta el aliento, me atrapa por dentro. Y mis manos, con esos dedos que se mueven rápido en el teclado, quedan carcomidos como migajas de oro claro. Y lo siento y me duele. Y me duele y le lloro. Porque no soy yo, porque no soy el, porque no se quien soy si me encuentro fuera de mi burbuja.
En un lamento triste y solitario se ampara ante mí una bruja malvada, que me seca por dentro, que me mira desde afuera y se ríe con una risa sagaz. Y me desangro como un cordero aniquilado en medio de un campo vacio, y me sale un grito vacio, un grito callado, un grito perplejo, un grito desamparado.
¿A quien ha llamado mi sucesor para que me venga a ayudar? Acaso no me ven que deseo traspasar las puertas de un oblicuo caminar, que me despojo de mi ropa y me visto de calor, que no quiero ayuda, ni quiero compasión. En mis manos esta mi destino, ¿por qué querer interrumpir mi camino?
Y mi boca deforme me hace tragar la lengua y en un ardiente respirar aniquilo toda clase de pensamientos. Y es que la vida no es justa y no me quejo de eso, solo me quejo de un destino que me fue enterrado en medio del camino. Y soy hoja, hoja seca en el camino, que con cada rayo de sol vuelvo a vivir y escalar el tronco vacio para poder llegar a la copa del árbol frío. Y tiemblo porque hace frio, y me desmayo, me desmayo de vacio. Y he llegado a la copa del árbol frío y desde ahí miro mi camino, todos oscuro y desolado, pero al final del camino veo el campo vacio. Y me invita con su luz a recorrer desde el árbol frío.